martes, 13 de abril de 2010

No soy un “gurú” del Marketing por Internet.

“El trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer.”
Oscar Wilde.

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Dedicado a: Sabina, Daniela y demás compañeros de la universidad de Mercadotecnia.

Así es, estimado lector, esta es una afirmación o, mejor dicho, una confesión importante que tenía que comentar; y la finalidad de ello no es otra mas que mostrar un código de ética y mi profesionalismo en lo que se refiere a ésta gran oportunidad que nos depara en relación a los negocios por Internet.
En realidad me considero un “artesano” del marketing por Internet. Como comprenderás, todo oficio requiere de una férrea disciplina, concentración, “originalidad”; pero sobre todo: tesón y creatividad.
Esas son las características del artesano que creo, son factibles de aplicar en ésta modalidad de negocio; al menos esa ha sido mi firme decisión y ¡está funcionando! El resultado de todo esto es que poco a poco vas descubriendo tu talento y claro está, percibiendo ingresos de manera armónica.
La mayoría de las veces, uno emprende éste negocio porque se encuentra (y es claramente entendible por los tiempos que estamos viviendo), en una situación económica precaria. Y ve en esto, un medio de salvación. De alguna manera eso es así, sólo que por trabajar bajo ese enfoque empezamos a cometer una serie de errores de índole estratégico y económico. Peor aún, lamentablemente muchos (tenemos que decirlo), somos estafados.
Como te habrás dado cuenta, estimado lector, debes, a partir de éste momento que lees el artículo, tomar en consideración estos dos puntos que acabo de señalar.
Si, es verdad que el negocio por Internet te da la oportunidad de generar ingresos adicionales y, también es verdad, que no te harás “rico mientras duermes”. La idea de que tu negocio trabaja las 24 horas, los 7 días de la semana y/o en piloto automático es sólo una gran ventaja, como lo es, por ejemplo, la idea de que no necesitas hacer una fuerte inversión y sin embargo se genera un excelente retorno de inversión. Recuerda que todo lo anterior no son más que bondades del negocio.
Te confesaba al principio que no soy un gurú, si, estudié mercadotecnia bajo un enfoque off-line. Y creeme que es diferente el trabajar el enfoque on-line. Digamos más bien que son complementarios.
Tal ves tu no seas profesionista del mercadeo mas si puedes crear tu propio negocio por Internet; actualmente es sumamente sencillo con las herramientas con las que contamos.
Sólo piensa como un artesano: descubre por medio de la reflexión, prueba y error, qué te apasiona.
Los grandes artistas con la experimentación y gran dedicación, perfeccionan sus obras creativas, no se vieron (en la mayoría de los casos), sometidos por cumplir plazos o cosas similares.
Disfrutaron y se apasionaron por lo que hacían convencidos de que tarde o temprano obtendrían su recompensa. (Por cierto, en la Internet los ingresos se dan “mas temprano que tarde”).
A diferencia del gran boom que se dio sobre la “fiebre del oro” en California en el siglo pasado, la mina de oro en la Internet parece inagotable; no cometas errores, ten paciencia, y el dinero te llegará. Actúa y emprende tu negocio virtual con visión. La aldea global va para largo y como dicen por ahí “el pastel alcanza para todos”.
Te pido me dejes tus comentarios al respecto y créeme que con gusto los leeré y serán una magnífica retroalimentación.
Gracias por dedicarle unos minutos de tu valioso tiempo a leer éste artículo.

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lunes, 12 de abril de 2010

Cómo recuperar nuestro destino después del dolor.

“¿Qué sentido tiene correr cuando estamos en la carrera equivocada?”
Proverbio alemán.

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Dedicado a; Mi hermano Samuel; a quien más he sufrido.

En estos últimos días he estado un poco enfermo. ¿Y sabes por qué? Simple y llanamente porque he permitido que la dinámica de la sociedad actual me atrape en sus redes. Quiero decir con esto que me he visto envuelto en vivir las cosas con prisa, casi llegando aun estado de automatismo: dormía, comía, trabajaba, escribía; pensando en lo que “venía en la agenda”.
Eso evidentemente me llevó a un “hermoso caos”. Así es estimado lector, he escrito: “hermoso caos”. ¿Sabes por qué? Porque es precisamente gracias a la enfermedad y su proceso de redención que he tomado plena conciencia de que estaba perdiendo el control de mi vida y, el cuerpo, (con su sabia inteligencia propia de su naturaleza), me ha ordenado descansar y respetar la vida.
Es increíble darse cuenta, cuando uno reflexiona en ello, hasta dónde somos capaces de soportar el dolor y/o resistir cuando estamos sometidos a algo que nos desagrada. A decir verdad, no encuentro una respuesta de alguna manera coherente y satisfactoria. No entiende uno porqué el mundo está lleno de sufrimiento.
A lo largo de mi enriquecedora vida me he encontrado con un sin fin de retos por vencer y constantemente me ha acompañado el dolor: valga como ejemplo el siguiente dato: a raíz de una malformación en mi rostro por cuestiones genéticas y de nacimiento me he sometido a trece cirugías reconstructivas. Esas experiencias me han ayudado a desarrollar la capacidad de comprender la función del dolor.
El sufrimiento está ahí para recordarnos que existe su contrario: la cura, el alivio, el placer. Es como cuando nos referimos al día y la noche, el ying y el yang. Existen los contrarios para encontrar un punto de equilibrio. Afortunadamente como seres humanos podemos ir más allá. Podemos decidir vivir sólo uno de los dos extremos: evidentemente la decisión inteligente es seleccionar el bienestar.
Y sin embargo, por una extraña situación, caemos en la dinámica de dar por sentado que hemos nacido para sufrir o que algunas cosas son inalcanzables.
Además de las trece cirugías reconstructivas, me he enfrentado a un accidente automovilístico, en el cuál salí ileso. Más que dolor físico me enfrenté al dolor emocional de saber que muchos de los turistas fallecieron en el autobús.
En la parte profesional me he enfrentado al dolor del fracaso; pero sobre todo, al acto más doloroso al cuál se pueda enfrentar el ser humano: el miedo de tomar acción y emprendimiento.
El mensaje que quiero dejar en éste artículo es el siguiente: queramos o no, el sufrimiento ahí estará. Es nuestra decisión transformarlo en placer. El sufrimiento te puede llevar a prometer cosas como lo siguiente:
“He tomado la firme determinación de cambiar mi vida, ser una persona de éxito, vivir en plenitud y con una gran influencia positiva en lo seres que me rodean.”
¿Cuál es tu promesa?
Por lo pronto te pediría humildemente te prometas reflexionar al respecto y tomes una decisión.
Un saludo y enhorabuena.

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